En la didáctica de los programas de
simulación energética y asimilados, se obtienen unos resultados de consumo de
energía, primaria o final, que necesitan un cierto ajuste, como indica la
observación incluida en el certificado.
Este ajuste se hace por dos
motivos, el primero es el ya citado, porque aplica a un usuario estándar o mejor
“típico” que procura mantener las condiciones óptimas de uso y confort térmico.
Pero también se puede tener en
cuenta un segundo motivo, cual es la llamada “pobreza energética”, definida de
forma adecuada en el Proyecto Repex como la incapacidad económica para sufragar
el coste energético típico de una vivienda y que muy probablemente se asegura
lo sufre más de un 10% de la población española. El aumento continuado de los
precios de la energía no hace más que ahondar en esta situación.
Ese ajuste es pues, imprescindible
para sacar el máximo jugo al programa de simulación y nos lo da, por supuesto,
la comparación con la factura energética real de la vivienda.
Fuente:
Proyecto CEVIAN. Servando Álvarez
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